Mason Greenwood: Otra opción para el extremo derecho del Barcelona

Mason Greenwood, ese nombre que hace girar cabezas y al que en Marsella ya idolatran, pertenece al segundo grupo. Extremo derecho de solo 23 años, dueño de una ambición que no cabe en una maleta y de un talento que asoma a la menor oportunidad. Lo tiene todo: velocidad, chispazo en el área y esa bendita ambidestreza que rompe cinturones defensivos como una jornada de puertas abiertas en las mejores defensas.

El chaval mide 1,81, pero su fútbol va mucho más allá de los centímetros. Nombrar a Greenwood al pie de la Canebière es sacar a relucir a un futbolista que dispara con la derecha, baila con la zurda y que ha hecho de la polivalencia su mejor bandera. En su primer año en el Olympique de Marsella, Greenwood ha sido sencillamente devastador: 36 partidos, 22 goles, 5 asistencias y un desfile constante de rivales desbordados y arqueros desesperados.

Su llegada al club francés fue vista por muchos como una apuesta. El Olympique, con la mirada puesta en el futuro, soltó 26 millones al Manchester United el verano pasado para vestir de azul al chico prodigio. Ni un año después, su valor de mercado se ha disparado hasta los 50 millones de euros. Una inversión que hoy parece más un atraco a mano armada que una operación arriesgada. Sencillamente, tiene pegada, magia y el descaro necesario para pedirla cuando el oxígeno escasea.

Greenwood tiene contrato hasta 2029, lo que le garantiza un tiempo largo para seguir vistiendo la camiseta marsellesa. Sin embargo, los cantos de sirena ya suenan con fuerza a orillas del Mediterráneo y una de las melodías más tentadoras viene desde Barcelona. El Barça de Hansi Flick está necesitado de talento joven y desborde y, si el club azulgrana llama, Greenwood no le haría ascos. Se siente preparado para dar ese paso, para ofrecer su fútbol en un escenario mayor, aunque su discurso oficial es claro y sincero: «Estoy encantado en Marsella, quiero seguir al menos un año más».

Palabra de futbolista con los pies en la tierra, pero con la ambición por bandera. Sería un sueño ayudar al Barça, sí; pero mientras tanto, quiere seguir iluminando las noches francesas y dejar claro, por si alguien tiene dudas, que el futuro le pertenece. Mason Greenwood es presente arrollador y futuro asegurado. Marsella disfruta. Europa observa atentamente. Y el fútbol, ese mar de emociones, aplaude la irrupción de un jugador que puede ser leyenda.

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