El Athletic Club viene a por Jesús Are

En Bilbao el verano huele a cambio. Tras la despedida de un icono como Óscar De Marcos, el Athletic Club se mueve con sigilo pero con firmeza buscando el fichaje que reactive la banda derecha de San Mamés. El nombre propio, escrito en rojo y con subrayado amarillo, es Jesús Areso. El lateral de Osasuna, a sus 26 años, está en el radar del club bilbaíno y las negociaciones, aunque tensas, ya han empezado su particular marcaje.

Areso, un portento de 1,82 metros, combina potencia atlética, proyección ofensiva y dos temporadas a pleno rendimiento en Pamplona, donde ha sido indiscutible en el once de Arrasate. Pero la historia va mucho más allá de sus números y de su valor de mercado, tasado en esos 12 millones de euros que dicta su cláusula y, de momento, ni un solo céntimo menos. Osasuna lo tiene claro: o Athletic afloja la bolsa en su totalidad, o el jugador seguirá en El Sadar, salvo que la necesidad urgente de vender apriete inesperadamente en Tajonar.

La situación contractual pinta interesante para los de Ernesto Valverde. Areso ha dado largas y rechazos a todas las ofertas de renovación que le han puesto en la mesa en las oficinas osasunistas. Sabe que tiene escaparate, que la Champions con el Athletic es tentación de alto voltaje y que hay competencia a la vista. Gorosabel y Lekue estarán en la foto junto a él, si finalmente cruza la AP-68, pero no es el único pretendiente: Atlético y algún club extranjero han sondeado la puerta de su agente. Sin embargo, el sentimiento pesa, y disputar Europa con el Athletic es una carta que tienta a cualquiera.

Mientras, Hugo Rincón hará las maletas en busca de minutos. El joven lateral, tras su brillante año en el Mirandés, apunta a cederse a Alavés o Girona, lo que refuerza la necesidad de cubrir con garantías la parcela derecha. Valverde, siempre directo y al grano, ha pedido a la dirección deportiva un refuerzo sólido para un curso que será exigente, con el reto de la Champions y el listón en las nubes, propio de la Catedral.

Y mientras el teléfono echa humo entre Bilbao y Pamplona, Jesús Areso sigue enfundándose la camiseta rojilla, apretando en la pretemporada de Osasuna. Sabe que el verano es largo y la escena puede cambiar de la noche a la mañana. Está en el escaparate, es objeto de deseo y su futuro, por ahora, sigue siendo un enigma a descifrar. ¿Será la derecha de San Mamés su nueva casa? El Athletic sueña y pelea con uñas y dientes. Y el bloque no se detiene.

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