Se avecinan las salidas de Johnny Cardoso y William Carvalho, dos pilares que han dejado huella en el Villamarín. La dirección lo tiene claro: si hay que reconstruir el motor, hay que hacerlo bien.
En Milán están los elegidos. Ramón Alarcón y Manu Fajardo han hecho las maletas rumbo a la ciudad de la moda, pero el único pasarela que les interesa es la de San Siro. Allí, con el rigor y la ambición que les caracteriza, negocian cara a cara, directamente, como los viejos rockeros del fútbol. Piden paso con Ismael Bennacer en la mirilla, el internacional argelino de 27 años, curtido en mil batallas, con 178 partidos a la espalda en el AC Milan. Un tipo que no ha encontrado hueco en los planes lombardos para el próximo curso y cuya maleta, llena de experiencia, está preparada para cambiar de aire.
Bennacer no es un cualquiera. Hablamos de un mediocentro que sabe lo que es sudar la camiseta en Champions, que ha sido internacional en 50 ocasiones, que aprieta los dientes y no se arruga ni en los entornos más hostiles. El Milan lo tiene en su lista de transferibles y el Betis quiere pescar en río revuelto, trayéndolo a préstamo con una opción de compra que baila —de momento— entre los 10 y los 12 millones de euros. Una cifra nada menor, pero tampoco prohibitiva para lo que ofrece el fichaje.
Esta fórmula no es nueva: el Olympique de Marsella ya lo intentó, pero no ejerció la compra por el protagonismo menguante del argelino en la Ligue 1. Aun así, el del AC Milan sigue siendo un futbolista con un valor de mercado de 15 millones. Recordemos que el propio Milan desembolsó 17 por él cuando lo rescató del Empoli en 2019. Su contrato, atado hasta 2027, convierte cualquier operación en un reto lleno de matices.
El Betis se mueve con firmeza y sigilo, sabedor de que fichar talento a precio de ganga es un arte. La afición espera y sueña con ver a Bennacer luciendo el verdiblanco y dando ese salto de calidad que necesita la medular para seguir soñando con todo, como manda la grandeza de Heliópolis. Si la negociación llega a buen puerto, Ismael Bennacer podría encontrar en Sevilla el escenario perfecto para volver a sentirse futbolista importante, en una hinchada que sabe reconocer la entrega y el talento.