El Atlético de Madrid, club de noches europeas memorables y batallas infartantes en el Metropolitano, se enfrenta a un verano decisivo. La posible salida de Rodrigo de Paul, tentado por la tierra prometida de Miami y la coartada de jugar junto a Leo Messi, ha encendido todas las alarmas en los despachos colchoneros.
Ni el más optimista en la rivera del Manzanares imaginaba ver al argentino cambiando la camiseta rojiblanca por la camiseta rosa del Inter de Miami. Pero esto es fútbol. El reto, una vez más, es el mismo para Simeone y sus muchachos: reinventarse o morir. Por eso, la dirección deportiva del Atlético ya trabaja contrarreloj con un nombre subrayado en rojo: Javi Guerra.
A veces el fútbol pide arrojo, jóvenes valientes y piernas frescas. Javi Guerra, mediocentro del Valencia, es el perfil que gusta y seduce en la zona noble del club. A sus 22 años y con un físico de 1,87 metros que intimida, el chaval de Gilet lleva dos temporadas comiéndose la medular de Mestalla. 78 partidos como titular, 7 goles, 4 asistencias y la sensación de que nunca se esconde.
El Valencia le quiere amarrar, lógicamente. Tiene contrato hasta 2027 y un valor de mercado en torno a los 25 millones de euros, pero el Atleti sabe leer entre líneas y percibe que Javi empieza a mirar hacia horizontes más ambiciosos. Sin europeo ni Champions a la vista, Mestalla se le puede quedar pequeño a quien sueña con bailar en las mejores noches del continente. Y en el Metropolitano, ese escenario está garantizado.
Gallagher podría seguir el mismo camino de salida que De Paul, y por eso la apuesta por un mediocentro top se ha convertido en una prioridad absoluta. Javi Guerra sería, además de una apuesta de presente, un golpe de futuro: energía, calidad y esa mezcla de descaro y elegancia que tanto gusta a Simeone. El Atlético quiere rejuvenecer el centro del campo y nadie se imagina mejor pieza para el puzle.
En los despachos colchoneros respiran fútbol y saben que un fichaje así no solo refuerza el centro del campo, también ilusiona a una afición que pide garra y talento. Porque en el Atlético de Madrid nunca se rinden… y Javi Guerra encaja en esa filosofía como anillo al dedo.