Danilho Doekhi: Posible fichaje para el Valencia

La venta de Yarek y el futuro cada vez más difuso de Mosquera obligan al Valencia a mirar al mercado con los ojos abiertos y el corazón acelerado. Hay que reforzar el núcleo duro de la defensa porque, para la dirección deportiva blanquinegra, quedarse quietos no es una opción. La limpieza ha empezado y el casting de centrales está más activo que nunca.

En la agenda figura con letras mayúsculas el nombre de Danilho Doekhi. Central neerlandés, 27 años, 1,90 metros de pura roca y la etiqueta de incombustible: esta temporada jugó todos los minutos de la Bundesliga con el Union Berlín, dejando claro que su físico está hecho para bailar con tanques. Uno de esos centrales de la vieja escuela, que mezcla experiencia europea, sangre fría y un imán para el liderazgo dentro y fuera del vestuario.

No es un secreto para nadie: Doekhi tiene solo un año más de contrato y el Union Berlín está dispuesto a negociar. El escaparate suena jugoso en clave valencianista, pero no están solos en la subasta. Equipos de la Premier, la Serie A y el Besiktas acechan, suben la puja y hacen que cualquier movimiento sea un delicado juego de ajedrez. Su valor ronda los 13 millones pero, a falta de doce meses para quedar libre, todo puede bajar… O subir si la competencia sigue enloqueciendo el mercado.

Hay dos cosas que enamoran de este defensa: primero, su imponente físico, el mismo que seguramente le viene de familia porque es sobrino del mítico Winston Bogarde, aquel zaguero de rostro pétreo y fichajes mediáticos. Y segundo, su curriculum y fiabilidad: 36 partidos con el Union Berlín este año, un gol y esa sensación de que puedes confiar en él cuando sopla el viento con más fuerza.

En el centro del campo también soplan aires de cambio. La llegada de Enzo Barrenechea se antoja complicada, así que en la lista aparecen nombres como Frank Onyeka, Ugochukwu y Urbanski. La sala de máquinas necesita gasolina nueva. Mientras, las renovaciones de Diego López y César Tárrega avanzan, vitales para el alma del vestuario, pero las negociaciones con Mosquera y Javi Guerra siguen siendo una incógnita que genera cierto runrún entre aficionados y despachos.

No menos importante: la llegada de Ron Gourlay como nuevo CEO y la presencia de Kiat Lim en Valencia es el mensaje que Pedro Morato repetiría como un mantra: el club ha pisado el acelerador. Hay ganas de hacer las cosas de otra manera y cambiar el guion de los últimos veranos.

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