Florentino, siempre Florentino. El presidente con mirada de halcón, que no da puntada sin hilo, ya está tomando nota de lo que puede ser uno de los terremotos del mercado. El tablero se mueve y ni el Bernabéu ni Anfield quedan indemnes: encima de la mesa, un posible trueque explosivo entre Rodrygo Goes y Luis Díaz. Ver para creer: dos zurdas eléctricas, dos extremos con fútbol para cambiar partidos y levantar a dos colosos de sus asientos.
No es casualidad que Luis Díaz haya saltado de los rumores al escaparate. Su nombre aparece en las conversaciones más calientes de Inglaterra y España. Las últimas semanas del colombiano en Liverpool han estado bajo la lupa. Polémicas, ruido de fondo, debates cruzados… Arne Slot ya no pone la mano en el fuego y, si Díaz hace las maletas, el Liverpool necesita respuesta inmediata. Ahí es donde asoma el nombre de Rodrygo, con una Premier League desplegada ante sus pies y un sinfín de ofertas que no terminan de convencerle como la de los reds, dispuestos a batirse el cobre con el mismísimo Arsenal.
Rodrygo sabe lo que quiere. No esconde su debilidad por la Premier. Sueña con los estadios llenos, la lluvia y los himnos que te ponen la piel de gallina. Si la oferta de Liverpool cuaja, el Real Madrid haría caja y, de paso, mataría el ruido mediático que rodea al brasileño, un jugador tan genial como irregular y al que la dirección blanca últimamente mira con un ojo en el campo… y otro en el mercado.
En el palco del Bernabéu no se negocia a cualquier precio, pero la operación podría aliviar más de un dolor de cabeza. Hablamos de una suma millonaria por Rodrygo que equilibraría cuentas y, sobre todo, abriría espacio para nuevas aventuras en ataque. Además, Xabi Alonso, el nuevo jefe blanco, no ha terminado de hacerle un hueco en sus alineaciones importantes, tirando argumentos de sobra para justificar un adiós pactado en silencio.