El verano es ese momento en el que el fútbol se vive entre rumores, ilusiones y nombres escritos en agendas. También es la época en la que el Atlético de Madrid transforma la incertidumbre en esperanza y echa a andar la maquinaria para reforzar al equipo de Simeone con las piezas que devuelvan la ilusión y el hambre competitiva. Señoras y señores, abróchense los cinturones: la revolución rojiblanca acaba de arrancar y viene con curvas.
Si hay una obsesión en los despachos del Atleti, esa es la delantera. La posible marcha de Ángel Correa a Tigres de México dejaría un hueco sentimental y futbolístico difícil de rellenar, pero el club ya tiene una quimera en mente: Ademola Lookman. 27 años, explosividad, regate, gol, polivalencia y, lo más importante, descaro de esos que encajan con el ADN cholista.
Lookman ha firmado una de las mejores temporadas de su carrera. 20 goles, 7 asistencias, MVP de la final de la Europa League tras un ‘hat-trick’ memorable al Bayer Leverkusen. Un delantero que nunca se esconde y que parece tocado por la varita en noches grandes. Lo quiere media Europa, pero el Atleti ha aprovechado el buen rollo con Atalanta —con quienes acaban de cerrar el fichaje de Ruggeri— para presentarse en la pole, aunque la operación tampoco será coser y cantar: el nigeriano tiene contrato hasta 2027 y su valor, después de una temporada estelar, se dispara hasta los 60 millones de euros. Atalanta lo fichó por 11 ‘kilos’ al Leipzig en 2022: negocio redondo, sí, pero los italianos no están dispuestos a regalar a su joya.
Habrá más nombres y más salidas
La dirección deportiva sigue a la caza de oportunidades, sabiendo que la plantilla sufrirá más movimientos a medida que caigan las piezas del dominó. Llegarán más futbolistas, en la medida en que lo permitan las cuentas y el equilibrio de salidas. El Atleti planea, negocia y sueña. El objetivo es claro: armar un proyecto que no solo compita, sino que enamore de nuevo a una grada deseosa de volver a soñar en grande.
El Atlético de Madrid está cambiando la piel. Ruggeri y Baena ya lo saben. Cardoso y Romero podrían ser los siguientes. Pero la guinda sería Ademola Lookman, ese delantero de noches épicas llamado a ser el nuevo ídolo del Metropolitano. Hay trabajo, hay ilusión y, sobre todo, hay hambre. El nuevo Atleti comienza a rugir.