Julen Agirrezabala espera jugar en el Valencia la próxima temporada

Julen Agirrezabala y el Valencia CF. Una historia de deseo mutuo, de relojes acelerados en Mestalla y de calma calculadora en San Mamés. Tiene 24 años y mide 1,87 m. Un portero elegante, sobrio y de esos que tienen la mirada fría en el mano a mano. Julen no quiere esperar más. Sabe que su crecimiento pasa por vestirse de titular indiscutible, algo prácticamente imposible en Bilbao mientras Unai Simón siga defendiendo el arco de San Mamés con la autoridad de un patrón de caserío. En tres competiciones ha sumado 29 partidos, siempre a la sombra del número uno de ‘La Roja’. La portería le queda pequeña y Mestalla le ofrecería el traje a medida: titularidad, público exigente y el desafío de devolver al Valencia CF a donde merece.

Valencia aprieta, el Athletic resiste

El Valencia CF lo quiere. Es un secreto a voces, ni siquiera lo disimulan. Julen es el elegido para dar un golpe de mando bajo palos. La jugada está clara en la cabeza de los dirigentes: cesión con opción de compra, preferiblemente con una cifra inferior a los 10 millones. Argumentan: es la única manera de retenerlo a largo plazo en un club que no anda sobrado de millones. En la ecuación también entra uno que podría salir: Dimitrievski. Si hay que hacer hueco, se hace.

Pero el Athletic es mucho Athletic. En la catedral no venden ni regalan, menos aún cuando hay margen de maniobra. Su portero tiene contrato hasta 2027, incluso prórroga si hace falta, y el mercado le da un precio fijo: 15 millones. No hay urgencias en Ibaigane. El club rojiblanco, además, quiere asegurarse el control futuro de Julen, buscando fórmulas para recompra o, al menos, reservarse parte de derechos en una posible venta. Saben bien lo que tienen y no les tiembla el pulso.

El reloj, enemigo de Mestalla

El Valencia necesita cerrar la operación antes del 7 de julio. Por urgencias deportivas y financieras, sí, pero también porque el cuerpo técnico quiere la portería bien atada para comenzar la pretemporada. Los leones, mientras tanto, miran el calendario con la serenidad de quien sabe que la última palabra suele ser la suya. Más aún cuando sobrevolando la operación está el nombre de Iker Galindo, el portero que apunta desde el filial y que podría ser futuro relevo.

A Agirrezabala no le faltan novias. Lo llaman desde otras plazas, pero Julen tiene claro el reto de Mestalla. Siente que Valencia es el lugar ideal para dejar de ser promesa y dar el salto definitivo. Sabe lo que pesa esa portería y no le asusta. Quiere romper la baraja y ser referente en el equipo ché que, sin complejos, le espera con los brazos abiertos.

Una operación con aroma a culebrón de verano

En ese tira y afloja, con millones de por medio y fórmulas de recompra en el aire, la única verdad indiscutible es la que dicta el deseo del protagonista. Julen quiere volar, el Valencia le ofrece alas, el Athletic no tiene prisa en cortarle el vuelo pero tampoco regala pasajes. Todo depende de llegar a ese punto de acuerdo que convierta el “quiero” en “puedo”. Cuando el fútbol se decide en los pequeños detalles y la pasión de una afición depende de una firma, sólo hay una cosa segura: si Mestalla le abre la puerta, Agirrezabala saltará al césped con la convicción de quien espera su oportunidad desde hace demasiado tiempo.

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