Cuando el mercado de fichajes llama, conviene estar despierto y, sobre todo, preparado para moverse rápido. Eso es justo lo que ha hecho el Arsenal, un club que no sabe de medias tintas y que cuando pone un objetivo en su punto de mira, va a por él sin dudar. Por Londres ya han puesto la directa y han reavivado el interés por un nombre que lleva tiempo bailando en las quinielas de media Europa: Cristhian Mosquera. Sí, el chico del Valencia, el central que ha hecho de Mestalla su casa esta temporada y al que el fútbol parece que le va a cambiar el rumbo. Ahora, la historia acaba de dar un giro de guion.
El Arsenal, siempre ávido de talento joven y con visión de futuro, ha abierto negociaciones formales con el Valencia y el propio Mosquera para cerrar su fichaje. Los Gunners, tras intentos fallidos en otras operaciones para reforzar la zaga, ven en el central español el complemento ideal para su pareja de oro: Gabriel y William Saliba. Y no solo por capricho, ojo, sino también pensando en el mañana, por si la renovación de Saliba —de esas que se enquistan y generan más nerviosismo que certezas— se enreda el año que viene.
Mosquera, con 20 años y un físico imponente, atesora lo que todos buscan en un defensor moderno: rápida salida de balón, jerarquía en el área propia y temple a la hora de cortar y salir jugando desde atrás. No es casualidad que el Valencia diese vueltas a su renovación durante meses. El problema, para los de Mestalla, es que la oferta nunca llegó y el central, harto de esperar, está ya más fuera que dentro.
La situación ha cambiado en las últimas semanas. El interés del RB Leipzig se ha diluido como un azucarillo y el Atlético de Madrid, que lo tuvo en una lista de futuribles, ha terminado pescando en otras aguas. El camino queda despejado y el Arsenal, tan atento como hábil, pone 20 millones de razones sobre la mesa para convencer al Valencia, que necesita vender para cuadrar cuentas y evitar más sustos en los despachos.
Mosquera no se lo piensa dos veces. Lleva todo el año siendo imprescindible: 41 partidos disputados, un gol y la sensación de haber madurado en cada duelo al borde del abismo. Pero el reto de la Premier tienta y los Gunners ofrecen no solo minutos y prestigio, sino la oportunidad de pelear por títulos —eso que tanto se echa de menos en el actual Valencia— y crecer en un entorno habituado a grandes centrales.
La operación puede cocinarse a fuego rápido. El Valencia espera ingresar esos 20 millones y el Arsenal quiere cerrar el acuerdo en tiempo récord, aprovechando la falta de oferta de renovación y el deseo de Mosquera de dar un salto en su carrera. La Premier espera y en Londres ya huelen un fichaje de presente y, sobre todo, de mucho futuro.