El mensaje, por si alguien todavía andaba despistado o con ganas de pescar en río revuelto, fue contundente. El Valencia no tiene necesidad ni urgencia para vender a Javi Guerra. Es más, ni se le pasa por la cabeza. La prioridad no pasa ya por hacer caja, sino por blindar a su mediocentro de 22 años, ese chico de 1,87 que se ha hecho gigante vistiendo la blanquinegra.
Una oferta insuficiente y casi ofensiva
El primer aviso llegó desde Italia. El AC Milan, histórico europeo y siempre atento al talento español, fue el primero en golpear la puerta. Pero la oferta fue, cómo decirlo suavemente, un brindis al sol: apenas 20 millones de euros por el motor del Valencia. Una cantidad que ni se acerca a la realidad de mercado (25 kilos), y que encima está por debajo de lo que el club ya había rechazado la temporada pasada. El Valencia se sintió ofendido, el jugador también, y en Mestalla hubo consenso: “Por ese precio, ni hablamos”.
No es casual. Javi Guerra ha dado un paso adelante esta temporada. Nada menos que 50 partidos oficiales. Ha sido el metrónomo, la fuerza, la valentía, el hombre que ha dejado claro que esto no va de promesas, sino de realidades. Segunda temporada seguida siendo una pieza angular. Y, por si fuera poco, tres goles y tres asistencias que, más allá de los números, hablan de un futbolista que aparece en las grandes noches, que pide la pelota cuando arde y que, a sus 22 años, se gana el respeto de la grada y de sus compañeros.
El club lo tiene negro sobre blanco: solo se sientan a negociar para renovar. Se acabó el escaparate, ahora toca proteger el patrimonio. El Valencia busca ofrecerle una mejora salarial de primerísimo nivel, hasta colocarlo entre los mejor pagados de la plantilla. El plan: ampliación de contrato por dos o tres temporadas más y blindaje para evitar sustos en el mercado. Porque hay un dato que no se puede subestimar: Javi Guerra tiene contrato hasta 2027 y una cláusula de 100 millones de euros. Casi nada. Otro mensaje claro a Europa: “quien quiera a Guerra, que lo pague”.
El Milan no se rinde… pero se topa con la realidad
El AC Milan, que se las sabe todas, no ha tirado la toalla y prepara una oferta mejorada, sabedores de que la primera fue un desastre diplomático. Saben que Guerra es el perfil que necesitan, su prioridad, pero tampoco están dispuestos a volverse locos. Su propuesta al jugador: 3 millones por cuatro temporadas. Sin embargo, el entorno de Javi sabe que ahora el Valencia sí está preparado para ponerle en la primera fila salarial del club. Y a Javi, nacido en la casa, le tira más el escudo y el proyecto que el dinero extranjero.
El propio jugador ha hablado claro: su intención es quedarse, consolidarse aún más y, sobre todo, triunfar aquí, si el club responde con un proyecto ambicioso. Está cómodo, se siente importante y Mestalla corea su nombre cada domingo. Ahora le toca al Valencia mover ficha: demostrar que su discurso de proyecto, futuro y cantera va en serio. Porque a veces, para volver a estar entre los grandes, primero hay que amarrar a los que ya lo son… dentro de casa. Guerra es presente, pero sobre todo, futuro. Y el Valencia ya ha descubierto que algunas joyas no se venden, se cuidan y se blindan.