El Real Betis se interesa por Danilo del Nottingham Forest

Hay veces en el fútbol donde el arte de fichar es pura estrategia, una mezcla explosiva de necesidad deportiva, oportunidad de mercado… y mucha, muchísima imaginación. Que le pregunten al Real Betis, un club hecho a sí mismo, especialista en encontrar soluciones donde parece que sólo hay problemas. El equipo verdiblanco se ha lanzado en busca de un sustituto para Johnny Cardoso, y tiene entre ceja y ceja a un nombre con acento brasileño: Danilo, pivote de 24 años del Nottingham Forest. Una jugada de esas que sólo suele salir un par de veces por década. Y se están dejando la piel para que sea una realidad.

Danilo no es un desconocido para los ojeadores con buen ojo. El Nottingham Forest apostó fuerte por él el pasado verano: 20 millones de razones para llevárselo del Palmeiras. Contrato hasta 2029, proyección, calidad, físico… El paquete entero. Pero el fútbol, ya se sabe, es un río lleno de meandros. Una grave lesión de tobillo lo dejó fuera de combate casi toda la temporada y, claro, su cotización ha cambiado de color. Apenas ha jugado para los británicos y ahí es donde los más vivos, como el Betis, sacan la linterna y buscan oro en los detalles.

La operación, eso sí, tiene más curvas que el Guadiana. El Betis, fiel a su tradición reciente, no puede ni soñar con una compra: los 28 millones de euros de valor actuales de Danilo, según Transfermarkt, son un Everest verde. ¿La solución? Tirar de cesión, agudizar el ingenio y buscar fórmulas para compartir la ficha del internacional brasileño, acostumbrado al salario potente de la Premier. Los despachos de Heliópolis ya están manos a la obra, haciendo encaje de bolillos para que la operación no quiebre la caja… ni la ilusión del beticismo.

En el tapete, Danilo representa algo que el Betis no tiene hoy. Un perfil distinto: músculo, técnica depurada en la base, lectura para el robo y la distribución. Carne de gran pivote para Pellegrini, uno de esos tapados capaces de darle un giro al vértice del mediocampo. Gustar, gusta. En la planta noble del Villamarín lo tienen claro: sería el fichaje con el que soñar, aunque saben que el camino es largo, el sendero empinado y la economía, el juez más implacable. Entre Forest y Betis hay distancia, pero también voluntad de buscar el encaje perfecto.

Para el beticismo, es un nombre atractivo, diferente y con ese punto de aventura que gusta por La Palmera. Pero, como la mayoría de historias verdiblancas, la de Danilo no será fácil ni rápida. Es una cuestión de paciencia, de contratos, de números y de pasión. Y si el Betis consigue rematar la operación, habrán ganado mucho más que un jugador: habrán mandado un mensaje de ambición, de esas gestas que luego se recuerdan entre abrazos y sevillanas.

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