Kevin Lomónaco, el central que ahora acapara los focos en las oficinas del FC Barcelona. Porque la dirección deportiva culé busca músculo, determinación y un líder en la retaguardia, y el argentino de Independiente, alto como un roble y curtido como pocos, reúne todos los ingredientes para soñar en grande. Porque, aunque el pasado no se borre, en el fútbol los errores pueden transformarse en gasolina de futuro.
La llama que ilumina a Montjuic tiene forma de urgencia. Hay nervios, movimientos y ruido de fondo: Christensen está en la rampa de salida y Ronald Araujo escucha ofertas con la oreja pegada a la pared. El Barça, que se ha metido demasiadas veces en la madriguera económica, busca centrales a precio de saldo… o, al menos, con el equilibrio justo entre juventud, rendimiento inmediato y margen de revalorización. Y, en ese mar de nombres, irrumpió la figura de un zaguero argentino con historia propia.
El muro de Avellaneda: fútbol, fortaleza y liderazgo a fuego
Lomónaco no es solo una torre de 1,92 metros con físico de atleta. Es también un central de los que madrugan para despejar los fantasmas del área con la cabeza y que, en plena juventud, manda más que muchos veteranos. Así lo ven los que cada fin de semana vibran en el Libertadores de América: dos años como titularísimo con Independiente y líder silencioso vestuario, 45 partidos y dos goles a favor en el currículum reciente, devorando delanteros y protagonizando duelos donde el balón arde entre piernas.
No en vano, la selección argentina ya ha llamado a su puerta. Y no para formar parte del paisaje, sino porque su perfil recuerda a los antiguos e insalvables muros que alguna vez levantaron Ayala o Samuel. Fortaleza, solvencia en el juego aéreo y una autoridad impropia para su edad. Lomónaco se ha ganado el respeto en la cancha, ante los propios y los rivales: un tipo serio, de esos que convierten el despeje en arte y el liderazgo en escudo.
El lado oscuro de la luna: castigo, redención y regreso
Pero la vida de Lomónaco no es un camino sin baches. En junio de 2023, y tras una investigación que sacudió los cimientos del fútbol sudamericano, la FIFA le impuso una sanción demoledora: 380 días sin calzarse la camiseta y una multa por dejarse amonestar voluntariamente en Brasil, en un episodio de apuestas que casi le cuesta la carrera. Travesía por el desierto y penitencia sin balón, un calvario digno de un telefilm.
Sin embargo, el argentino no se rindió. Cumplió sanción, empezó de cero en Tigre, y tras la travesía, regresó a Independiente para convertir su pasado en una advertencia y su presente en lección. Hoy, nadie duda en Argentina de que Lomónaco es, palabra mayor, uno de los centrales con más proyección y realidad del país. Un renovado gladiador.
¿Camino al Barça? El peaje de un sueño europeo
Lomónaco tiene contrato con Independiente hasta 2027 y una cláusula de 20 millones de euros. Cifra seria, pero no inalcanzable para un club como el Barça, que ya rastrea a fondo el mercado y valora cada euro como si fueran las cuentas del rosario. En Argentina avisan: sólo saldrá ante una oferta de peso y el futbolista ya sueña con la llamada de Europa. Valor de mercado de 12 millones, hambre de revancha y una madurez acelerada por la vida.