Xavi Simons, ese mediocampista con cara de niño y fútbol de veterano, ha decidido bajarse en la estación de Leipzig. Tras una temporada en la que el conjunto alemán se quedó sin billete para Europa, el neerlandés de 22 años, con la gorra y la ambición por bandera, ha comunicado su deseo de cambiar de aires. Quiere jugar la Champions, porque quien sueña grande no se conforma con menos.
La noticia ha salido como un disparo en el silencio: Xavi Simons pone fin a su etapa en el Leipzig. Lo hace tras firmar una campaña más que notable —33 partidos jugados, 11 goles y 8 asistencias— siendo uno de los pocos focos de luz en un año sombrío para los alemanes. Sus cifras brillan aún más al recordar que, pese a lesiones, nunca perdió la fe ni el ritmo. El chico tiene hambre, tablas y un aura especial. El gen de los elegidos.
El mercado de fichajes, ese circo cada vez más salvaje donde los delanteros son especie protegida, ha disparado el caché de Simons. Con los grandes con el colmillo afilado y la escasez de talento ofensivo, el neerlandés se ha convertido en una oportunidad de mercado que todos quieren. ¿Quién no quiere apuntalar su proyecto con alguien que combina juventud, descaro y experiencia en ligas de tronío? Barça y Bayern están en la pole position, atentos. Simons, además, guarda en la maleta la experiencia del PSG y los recuerdos azulgranas. El círculo podría cerrarse.
El Leipzig, sabiendo que tiene oro puro entre manos, no piensa hacer rebajas de verano. La etiqueta va de 70 a 80 millones de euros, mínimo. Inversión de futuro garantizada. Y eso que el chico llegó en enero, a cambio de 50 millones al PSG. Un negocio redondo en números, pero que en fútbol puede serlo aún más por lo que está por venir.
Por ahora, Manchester City y Liverpool parecen haber pasado página. El United quiere, pero sin Europa pinta poco. Así que la puja queda entre los gigantes de siempre y algún tapado que nunca falta en estos culebrones veraniegos. Porque Xavi es eso: presente arrollador y futuro prometedor. Internacional con Países Bajos, todavía con contrato hasta 2027, pero con la sensación de que su vuelo en Leipzig ha sido corto, sí, pero señalado.