El Al Nassr viene a por Christensen

Andreas Christensen, el vikingo danés que llegó al Barça por la puerta de atrás y se ha ganado el respeto del vestuario y el aplauso del Camp Nou, vive días de incertidumbre. Tiene contrato hasta 2026, pero ni rastro de una oferta de renovación. No es el primero ni será el último que lo vive: aspirante a fijo, ahora convertido en pieza de ajedrez de la dirección deportiva. Todo, mientras desde Arabia Saudí le lanzan puentes de oro y petrodólares. El Al Nassr anda encaprichado y le pone encima de la mesa una fortuna, de esas que hacen dudar a cualquiera. El danés, serio como pocos, todavía no ha dado el paso: ni petición de irse ni gestos de impaciencia. Silencio nórdico.

En el club le miran con cariño, pero tampoco le brindan promesas de futuro. El Barça, que vive en una cuerda floja financiera, ve su caso como una oportunidad. Nada de forzar la máquina, pero si llega una buena oferta, el danés sale con la cabeza alta y la caja sonriente. No hay drama, sólo negocio: llegó a coste cero y ahora vale 12 millones. Una venta redonda, de esas que gustan a los que mandan en los despachos.

Hansi Flick, le tiene bien valorado. Al final de la temporada, no dudó en ponerle de central y hasta de pivote, impecable en cualquier parcela del campo. Así es Christensen: compromiso y trabajo silencioso, de esos que no venden camisetas pero ganan partidos. El alemán no le quiere perder, pero tampoco pondrá el grito en el cielo si decide emprender aventuras saudíes.

La realidad es la que es: ataque de overbooking en defensa. La jerarquía la tienen clara. Cubarsí, la gran revelación, y el veterano Íñigo Martínez parten como titulares. Araujo, a pesar de los rumores, seguirá comandando la zaga, mientras Eric García, en la rampa de renovación, y Koundé forman el fondo de armario. Tanto es así que el Barça ha pasado olímpicamente de Jonathan Tah, que ha hecho las maletas rumbo al Bayern. Aquí ya hay más centrales que camas en un hotel de carretera.

¿Y si se va Andreas? Tranquilidad. No habrá prisas ni fichajes precipitados. El club considera que la zaga está más que armada para competir, aunque falte ese plus de jerarquía que da el danés. De puertas adentro, la sensación es que Christensen no tiene previsto salir, ni aunque la renovación se haga esperar. Confía en Flick, en su propio rendimiento y en que, como siempre, el tiempo suele poner todo en su sitio.

Deco, director deportivo de los que hablan claro, ya avisó: saldrá un central. Todo apunta al danés, salvo que llegue un ofertón por Araujo que lo cambie todo. El tiempo dirá quién coge el avión y quién se queda defendiendo la camiseta azulgrana.

Deja un comentario