Christ Tapé, una opción de futuro para el lateral izquierdo del Barcelona

La cúpula azulgrana ha clavado la vista, casi con lupa de joyero, en un lateral izquierdo que viene pegando fuerte desde la gélida Dinamarca: Christ Tapé, el marfileño de 19 años que, desde la banda del AC Horsens, empieza a hacer ruido en Europa. Su historia no se cuenta entre las grandes portadas, pero ojo, porque detrás de ese apellido hay madera y futuro.

Tapé mide 1,88 metros y tiene zancada de gacela que le permite recorrer la banda como una moto. Juega por fuera, con la frescura de quien lleva solo una temporada en el fútbol europeo, pero ya le ha metido el diente a la titularidad como si llevara toda la vida en el club danés. Cuando llegó nadie apostaba duro por él, pero su fútbol, vertical y vigoroso, hizo que el entrenador del Horsens le diera la camiseta de fijo en apenas unas jornadas. A los 19 años, ha pasado de promesa con acento africano a imprescindible con hechuras de profesional.

El nombre de Christ Tapé está en la libreta azulgrana, escrito en mayúsculas. Los informes son contundentes: físico de élite, capacidad para recorrer la banda con hambre y gesto serio cuando la cosa se pone fea. Es de esos laterales que no se arrugan ante el reto, y el Barcelona busca exactamente eso. Un chico hecho a sí mismo, capaz de resistir el viento danés y ahora preparado para saltar, de un plumazo, al escaparate mundial.

Pero, como siempre en la vida y en el fútbol, no es el único. El Lens de la Ligue 1 también ha olfateado el talento antes de que la subasta se dispare. En Francia lo siguen de cerca, conscientes de que el marfileño, por apenas tres millones de euros, es un billete de lotería que podría tocar dos veces: por rendimiento y, quizás, por una millonaria venta futura.

En Barcelona no van a tirar la casa por la ventana (no están los tiempos para aventuras financieras), pero sí están dispuestos a invertir en futuro. Si llega, la idea es clara: que Tapé vaya alternando entrenamientos con el primer equipo y minutos en el filial, para medirle la temperatura y ver cómo responde cuando sube la exigencia. Un método ya visto con otros jóvenes, una especie de máster exprés de barcelonismo para quien viene de lejos.

Christ Tapé es, en definitiva, esa apuesta arriesgada pero sugerente que tanto le gusta al Barça. Un chaval alto, rápido, disciplinado y disciplinante, que ya sabe lo que es adaptarse, competir y soñar. Si acaba en Barcelona, será para poner a prueba su potencial y, quién sabe, para empezar a forjar leyenda donde muchos solo ven futuro.

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