Hay movimientos que son como el trueno antes de la tormenta, preludio de un verano caliente en el Sánchez-Pizjuán. Juanlu Sánchez, el lateral derecho criado con mimo en la cantera sevillista, está a un suspiro de cruzar los Alpes para enfundarse la camiseta del Nápoles. Pinta a traspaso mayúsculo y, sobre todo, a una operación tan inevitable como calculada por todas las partes.
Dicen que Giovanni Manna no vino a Sevilla solo a probar el pescaíto frito. El director deportivo del Nápoles aterrizó en la capital hispalense con una misión clara: lanzarse a por ese lateral de 1,86 metros que lleva un par de años a pleno rendimiento en la Liga. No tardó en presentar una oferta seria, 15 millones de euros, para abrir la primera ronda. El Sevilla, curtido en mil batallas y sabedor de que su canterano tiene mercado y futuro, le pidió más. La cifra deseada se acerca a los 20 millones, sumando bonus y objetivos.
En esta partida de póker donde todos enseñan las cartas, la diferencia económica es mínima, cosa de detalles. Ni Sevilla ni Nápoles quieren quedar mal parados y, lo que es más importante, Juanlu ya ha decidido: ha dado el “sí, quiero” a la propuesta napolitana. Acuerdo personal cerrado, pacto entre jugador y club, y sensación de que el traspaso puede cerrarse en cuestión de horas. Porque esto, amigos, ya casi no tiene vuelta atrás.
El Sevilla había dejado en stand by cualquier decisión. Querían ver cómo respondía el chico en el Europeo sub 21, pero la realidad aceleró las negociaciones: el rendimiento del lateral ha sido tan sólido que la operación ha entrado en velocidad de crucero. Y el club hispalense lo sabe: necesita ingresos antes del 30 de junio para cuadrar cuentas y cumplir con el presupuesto de plusvalías.
Juanlu Sánchez, con solo 21 años, ha demostrado ser mucho más que una apuesta de futuro. En dos temporadas ha sido fijo en el carril derecho nervionense, acumulando 73 partidos, seis goles y ocho asistencias. Un lateral moderno, de largo recorrido, contundente atrás y determinante arriba, moldeado en la Fábrica de Utrera y con contrato hasta 2029. Su valor de mercado, 12 millones; lo que pide el Sevilla, bastante más, y lo que ofrece el Nápoles, cada vez más cerca.
Esto no es simplemente un traspaso: es el punto de partida de lo que puede ser una carrera internacional. Juanlu, fiel a la tierra donde creció, está listo para decir adiós y volar. Nadie le puede recriminar nada. Lo ha dado todo en el Sevilla y sale con la cabeza alta, la mochila cargada de experiencia y los bolsillos llenos para el club de sus amores.
Fichaje de altura, negociación en tiempo de descuento y, quién sabe, quizá el inicio de una nueva era, en la que el Nápoles gana un pulmón para la banda y el Sevilla oxígeno financiero para seguir compitiendo. Así es el fútbol: pasión, negocio… y despedidas.