El PSV se lleva a Yarek Gasiorowski tras poner cerca de 10 millones de euros encima de la mesa. Un pellizco interesante para un Valencia que no está para tirar cohetes, y que, como buen club de cantera, se guarda astutamente un 10% de la plusvalía de una futura venta. El fútbol tiene memoria de pez, pero en el club del murciélago han pensado con la cabeza.
El cuento de hadas en Mestalla acaba en los despachos y empieza en los campos de entrenamiento de Eindhoven. Yarek se marcha con contrato largo, hasta 2030, pendiente solo de pasar por la mesa de revisión médica. Con 19 años recién cumplidos, el salto da vértigo, pero en la mirada del central hay hambre de fútbol y una madurez poco habitual en jugadores de su edad. Se despidió de sus compañeros como un señor y con una frase clara: “Es un paso importante, estoy muy satisfecho de llegar al PSV”.
No es oro todo lo que reluce en la ciudad del Turia. La llegada de Corberán al banquillo che le cerró la puerta del once y le obligó a mirar el futuro por el retrovisor. Pese a sus 35 partidos en el primer equipo -que no es poca cosa para un chaval que aún podría estar en el filial- Yarek no terminó de asentarse como titular indiscutible. En febrero renovaba hasta 2027 y, cuando muchos pensaban que sería la piedra angular del futuro, el fútbol, ese animal impredecible, le colocó ante una oferta imposible de rechazar.
Gasiorowski encarna el fútbol moderno: central de 1,92 metros, fuerte, sereno en la salida de balón y valiente en las disputas. Lo pulieron en la cantera del Valencia y, aunque el escaparate le quedaba grande en sus primeros días, fue sabiendo llevar el traje. Lleva dos años rozando la titularidad, dando pinceladas de calidad y dejando claro que lo suyo no es una cuestión de fortuna, sino de talento y trabajo.
Su valor de mercado, tasado en 7,5 millones, es la mejor radiografía de que su salto no es por casualidad. El Valencia, herido por la eterna reconstrucción y la necesidad de hacer caja, pierde a un joven con proyección. Pero no le dice adiós del todo: la cláusula de plusvalía es una ventana abierta a un futuro beneficio, si Yarek termina de explotar en la Eredivisie y da el salto definitivo a la élite europea.
Hoy Mestalla despide a uno de los suyos. Un chico que representa esa cantera de la que tanto presume el club. El PSV suma músculo y calidad; el Valencia, aire para las cuentas y una esperanza de retorno.