En Londres se respira fútbol, ilusión y rumores de traspaso. El protagonista de la última telenovela azul y roja es Noni Madueke, ese extremo eléctrico del Chelsea que ha encendido las alarmas del Arsenal. El chaval ya habría llegado a un acuerdo personal con los ‘gunners’. Palabra. Ahora, la pelota está en el tejado de los despachos.
Eso sí, no lancen todavía voladores al cielo del norte de Londres porque, pese al apretón de manos con el jugador, falta poner de acuerdo a los dos clubes. Las negociaciones oficiales entre Arsenal y Chelsea aún no han comenzado – falta el regate más difícil: ponerse de acuerdo en los millones. Pero aquí hay algo clave: las relaciones entre Stamford Bridge y el Emirates son muy buenas, mejores de lo que suele ser habitual entre vecinos londinenses. Si hay voluntad, habrá camino.
El Arsenal lo tiene claro: tras quedarse a un paso de la gloria, quiere refuerzos con hambre y desparpajo. Madueke es una de las opciones que se debate en la pizarra de Arteta. Un puñal por la banda, vertical y con gol. Pero los del Emirates no se quedan de brazos cruzados: el nombre de Eberechi Eze también suena con fuerza. Está claro, el mercado es una partida de ajedrez a varias bandas.
Y no es casualidad que Madueke sea una de las joyas cotizadas. El Chelsea lo pescó en Holanda, del PSV Eindhoven, a cambio de 35 millones de euros en la temporada 22/23. Desde entonces, el inglés solo ha ido a más. En su primer curso, firmó 8 goles y 4 asistencias en 34 partidos. Y lejos de quedarse ahí, la temporada pasada lo vio crecer: 11 goles y 5 pases de gol en 45 encuentros. Ritmo, pegada y descaro en cada arrancada.
La cuestión para el Chelsea es simple y complicada a la vez: la competencia sube de nivel. Con la llegada de João Pedro y Jamie Bynoe-Gittens, la delantera está más cara que nunca. Madueke quiere minutos. El club lo sabe. El entrenador, Enzo Maresca, tendrá la última palabra: decidir si apuesta por el inglés o deja la puerta abierta a que cruce la ciudad, con contrato hasta 2030, pero sin cerrojos si el acuerdo es bueno para todos.
El futuro de Madueke está en el aire. El Arsenal espera. El Chelsea sopesa. Y Londres, expectante, sabe que el talento de este chico pide escenario grande. El baile ha empezado, y cuando la música suena, ya se sabe: más de uno acaba bailando fuera de sitio.