En el fútbol, como en la vida, hay trenes que solo pasan una vez. Eso lo sabe bien el Paris FC, que ha vuelto a la Ligue 1 tirando de épica, sudor y fe ciega en su proyecto. En el despacho de los parisinos, la pizarra arde y las llamadas no paran: toca construir un equipo con solidez, personalidad y experiencia para no ser un equipo más, sino el equipo sorpresa de la temporada. Y en ese casting de ilusiones, hay un nombre subrayado con letras de oro: Hamari Traoré.
El interés no es casualidad. Hablamos de un lateral derecho de raza, un tipo curtido en mil batallas que, a sus 33 años, mantiene las piernas frescas y la cabeza llena de fútbol. Traoré mide 1,75, no necesita tacones para mirar a los gigantes de cara. Su valor de mercado ronda los 3 millones de euros, pero su experiencia vale mucho más. No es fácil encontrar a un defensor que combine talento y oficio, y menos aún, a esta altura de campeonato.
La operación, vista con lupa, huele a oportunidad de oro. Traoré aterrizó en la Real Sociedad el verano de 2023 procedente del Stade Rennes. Llegó libre, despidiéndose como capitán en Francia, con una mochila llena de minutos y respeto en el vestuario. Su estreno en la Real fue, sencillamente, tremendo: 40 partidos en la primera temporada, a cualquier ritmo y a cualquier horario, demostrando que lo suyo es gasolina premium. El fútbol, sin embargo, tiene esas curvas inesperadas: en la presente temporada, su protagonismo ha menguado drásticamente. Solo 13 partidos. Su figura, de estandarte a secundario. El cartel de transferible asoma y Paris FC niega con entusiasmo: “ese es el hombre”.
A Traoré le resta un año de contrato —detalle jugoso en cualquier mesa de negociación—, y en París ya sueñan con vestirle de azul una vez más, esta vez en la capital, pero en el equipo modesto de la ciudad. Los despachos de la Ligue 1 toman nota. Paris FC necesita a alguien que apriete los dientes, grite en el césped y lidere desde atrás. El perfil de Traoré encaja como anillo al dedo: experiencia europea, conocimiento de la liga francesa y, sobre todo, hambre por demostrar que sigue estando al máximo nivel.
Ilusión, proyecto y veteranía. Paris FC considera que sumar a Traoré no es solo reforzarse, es blindar una idea: regresar a la Ligue 1 para quedarse, para morder y para hacerse respetar. En un fútbol de promesas y fichajes fugaces, apostar por un tipo de estos garantiza solidez, madurez y ese gen competitivo que separa a los equipos valientes de los conformistas.
El mercado abrirá sus puertas y el Paris FC ha levantado la mano. Hamari Traoré, con 33 años y un año de contrato, tiene un tren delante. Y en París sueñan con verlo defender esa camiseta como solo un veterano de guerra sabe hacerlo. Porque el fútbol, al final, también va de segundas oportunidades.