El Atlético de Madrid sueña con poder fichar a Alejandro Garnacho

El fútbol, como la vida, es un viaje perpetuo de idas y vueltas. Hay historias que parecen escritas a fuego en algún cajón polvoriento del destino, y la de Alejandro Garnacho con el Atlético de Madrid lleva demasiados meses pidiendo un final feliz. Hoy, el círculo empieza a cerrarse. Garnacho, ese talento descarado que partió de las categorías inferiores del Atlético rumbo a Old Trafford, tiene pie y medio fuera del Manchester United. La culpa, más que suya, es de Ruben Amorim, técnico ‘Red Devil’ y protagonista involuntario de un desencuentro anunciado.

No es un secreto: Garnacho, a sus 20 años y con una zurda que embelesa, ha estado más tiempo en el banquillo que en el césped. La paciencia del joven mediocentro ofensivo se agotó del todo cuando Amorim, por enésima vez, volvió a relegarlo a un papel secundario. El conflicto se ha hecho público y el distanciamiento, irreparable. El United, que no acostumbra a malvender talento pero tampoco quiere pólvora mojada en el vestuario, escucha ofertas con el rabillo del ojo. La cifra ideal ronda los 60 millones de euros, un precio que se antoja asequible para quien conozca el mercado actual y el valor prometedor de Garnacho, tasado en unos 45 millones y con contrato hasta 2028.

El Atlético, al acecho

En la ribera del Manzanares, el tema Garnacho no es un susurro: es un clamor. A Diego Pablo Simeone le brillan los ojos. El ‘Cholo’ sabe que perfiles como el del argentino no abundan, que un jugador explosivo, vertical, pícaro y capaz de romper líneas con su visión es oro puro para su libreto de batalla. Garnacho mide 1,80, tiene estructura para el combate y un alma roja, rojiblanca. Porque aquí no solo se habla de técnica y de mercado: Garnacho fue canterano del Atleti y el componente emocional pesa, y mucho.

En el club colchonero hay confianza real en que la operación podría cerrarse por alrededor de 35 millones, aunque nadie esconde que la misión será compleja. Competencia habrá, claro: el Real Madrid observa de lejos, pero no da señales de movimiento y si Florentino no entra en la puja, el Atleti y otros grandes de Europa tendrán el camino más despejado. El propio Garnacho alimenta las especulaciones: sus palabras, elocuentes; las publicaciones de su hermano en redes, toda una declaración de intenciones.

Una ilusión para la grada

El Metropolitano sueña. Un chico de la casa que puede volver convertido en estrella internacional. Un mediocentro ofensivo ágil, con desborde, con carácter. El reencuentro del niño rojiblanco con la camiseta de la que nunca se desprendió del todo. Simeone lo quiere, la plantilla lo necesita, la grada lo exige. Quizá no sea fácil sacar a Garnacho de Old Trafford, pero si algo ha demostrado la historia de este Atleti es que jamás se rinde cuando el guion dicta épica.

Todavía quedan capítulos por escribirse en este culebrón del verano. El United negocia, el Atleti aprieta, Garnacho suspira y la afición colchonera cruza los dedos. Lo único seguro es que, si vuelve, será recibido como lo que es: una de las joyas más prometedoras del fútbol mundial, y el hijo pródigo que regresa a dar guerra en casa. Porque hay amores que nunca se olvidan. Porque en el fútbol, como en la vida, siempre hay sitio para la revancha y los regresos soñados.

Y en el horizonte, el Metropolitano ya tiene preparado el rugido. Que Garnacho venga: aquí será, otra vez, uno de los nuestros.

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