El Atlético de Madrid quiere profundidad, quiere desborde, quiere dinamita por ese costado zurdo que, desde la salida de Yannick Carrasco y recientemente Rodrigo Riquelme, suspira por un futbolista con regate, llegada y personalidad. Y, ojo, que ahora los focos apuntan con fuerza a Inglaterra. Porque en los despachos del Metropolitano el nombre subrayado en rojo no es otro que el de Alex Iwobi, el nigeriano del Fulham, ese extremo eléctrico capaz de incendiar la banda con una arrancada y dejar tiritando a su marcador.
Según la información filtrada desde el medio Africafoot, el Atlético prepara una oferta cercana a los 25 millones de euros para convencer tanto al club londinense como al propio jugador. Una cifra seria, aunque algo inferior a su valor de mercado actual, que ronda los 28 ‘kilos’. Dinero fresco para un Fulham que pagó 26 millones al Everton hace apenas dos temporadas y que sabe que, si hay negocio, es ahora o nunca.
Porque Iwobi, seamos sinceros, ha sido uno de los jugadores más regulares y peligrosos del Fulham este curso. Solo basta con mirar los números: 44 partidos disputados, 9 goles, 6 asistencias y mil destellos de ese fútbol atrevido que tanto gusta en la Premier y que en LaLiga puede hacer estragos. El nigeriano, rápido, vertical, con capacidad de regate y visión para el pase definitivo, encaja como anillo al dedo en ese perfil de extremo que ansía Simeone desde que Carrasco puso rumbo a otros lares.
Desde el club colchonero, el análisis es claro: la marcha de Riquelme ha dejado un vacío difícil de llenar y el equipo necesita fantasía por banda, alguien que rompa líneas, que encare, que vuelva loco a los laterales rivales. Iwobi no es un desconocido para el departamento de scouting. Le siguen desde su etapa en el Everton y los informes son inmejorables: futbolista de presente, con experiencia internacional y con atrevimiento para jugarse el uno contra uno en esos partidos grandes.
El acuerdo, eso sí, no será sencillo. Iwobi tiene contrato hasta 2028 y el Fulham, que no anda sobrado de talentos diferenciales, no está por la labor de regalar a su perla africana. Pero en el Atlético hay confianza. Confianza en convencer al jugador con un contrato de cuatro temporadas a razón de siete millones de euros en total, y sobre todo con el reto de saltar, por primera vez, fuera de la Premier League. Un salto de fe que entusiasma a un Iwobi hambriento de emociones nuevas y que ve en el Metropolitano el escenario ideal para explotar su fútbol en una liga que respira intensidad y pasión.
Desde el vestuario rojiblanco y el banquillo de Simeone, la recepción sería de gala. Quieren un futbolista capaz de aportar gol, verticalidad y trabajo defensivo. Iwobi, con sus nueve goles y seis asistencias en un Fulham discreto pero competitivo, ha demostrado tener todo eso y más. Un agitador de partidos, de los que son capaces de cambiar la historia en una jugada.
El Atleti está listo para dar el paso. Sabe lo que busca. Sabe que los fichajes se pelean, se sudan, se negocian al límite. Pero por un futbolista como Iwobi merece la pena la lucha. Porque el fútbol, en el fondo, es de los valientes y de los que nunca dejan de atreverse.